QUEMAR EL ROLLO

 

QUEMAR EL ROLLO

Jeremías 36, habla del rey Joacim cuando quema el rollo. Rollo donde Baruc registra lo que Dios hablaba por boca del profeta Jeremías.

El rey no quiso escuchar por lo cual él mismo tomó un cortaplumas de escriba , cortó el rollo y lo echó en el fuego que había en el brasero hasta se consumiera.

Pero esa acción no pudo callar la voz de Dios, tampoco la de su profeta Jeremías y mucho menos hoy este en las escrituras.

El quemar el rollo mostraba la indiferencia y resistencia a la palabra de Dios por parte de Joacim, dejaba expuesto su corazón endurecido y su actitud de no querer arrepentirse.

Hagamos lo que hagamos Dios sigue siendo Dios y el gobierno de su voz prevalece, y lo que él habló no vuelve vacío a él.

Justo es recordar lo que Dios nos habló , y recordar todo, cuando nos dió promesas, nos edificó y también cuando exhortó a alinearnos a sus diseños.

El rey no quiso oír la exhortación y quemó el rollo, pero Dios entregó otro rollo con más palabras.

Quizás por olvidarnos la palabras de Dios, "quemamos rollos", pero estamos a tiempo, de arrepentirnos por no atesorar esas palabras, a tiempo de buscarlas, recordarlas y caminar en ellas, para bendición nuestra y de las generaciones.

Dios es Dios de oportunidades.

Y tomó Jeremías otro rollo y lo dio a Baruc hijo de Nerías escriba; y escribió en él de boca de Jeremías todas las palabras del libro que quemó en el fuego Joacim rey de Judá; y aun fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras semejantes.

Jeremias 36.32