ENTREGA TODO EN LA PRESENCIA DE DIOS

 

                      ENTREGA TODO EN LA PRESENCIA DE DIOS

Se me  "escapa el alma" "se me sale el corazón " son expresiones que nos ayudan a poner nombre a nuestras angustias y amarguras internas.

Se  acaban las palabras , cuando es fuerte el dolor y solo lloramos, porque no sabemos como quitarlo ni qué hacer.

Alguien siempre dice " ya basta de llorar" " la vida sigue" " ya pasó " y el alma se nos arrincona dentro y nos estancamos, nos frenamos. 

Y es cuando el Espíritu intercede por nosotros con gemidos indecibles, que no se pueden pronunciar, que no tenemos palabras, porque es cuando el corazón habla lo que nuestra boca no puede.

 El apóstol Pablo lo diría en su carta a los romanos como el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad.

Podemos ver en 1 Samuel 1,

Ana, una mujer, atribulada, angustiada, afligida y entristecida se presentó al Señor con su debilidad y Dios se hizo fuerte en ella. Deseaba un hijo. Su marido le decía " no llores si yo soy mejor que un hijo"

Pero ella a pesar que él no deseaba lo mismo y se encontraba sola para orar, se presentó al Señor.(1 Samuel 1.8) 

Ella perseveró y vació sus depósitos de amargura  llorando largamente para llenarse de la vida del Espíritu y de fe.

No dejes de creer. Clama con el alma. Deja el corazón hable. Gime delante del Padre , él es fiel y verdadero y llega siempre a tiempo.

Era tan intenso su gemir y desesperación clamando por lo que quería ,que no salían palabras de su boca, derramó su alma delante del Padre Eterno y fue oída su voz por Dios, no por el sacerdote Eli que al ver que sus labios se movían y no oía su voz la tuvo por ebria  y le dijo:

 Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino.  Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.  No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.

1 Samuel 1.14

No olvides oramos para Dios. No para las personas. Aunque su voz el sacerdote no escuchaba Dios si oía,  la voz de esta mujer llegó al Trono.

Derramó su alma delante de la presencia de Dios.

Ana venció los argumentos humanos. Su marido le resta importancia,  el sacerdote la tuvo por borracha, pero el Poderoso Dios la honró y le concedió un hijo.

¿ Dejaste de orar por tu familia , o por tus hijos porque alguien dijo "ya no se convierten", " deja que algún dia Dios hará? 

Sabes que si no oras¿ ese día cómo podrá llegar?

¿Te resignaste a no pedir ese deseo de tu alma porque otros sin fe te apagaron el espíritu?

¿Porqué dejaste de orar? 

Porque contrataste tu fe? 

Ana no se detuvo. Sus "autoridades", esposo y sacerdote ,  no la apoyaron, no oraron con ella, pero ella creyó a Dios y oró con el corazón, con el alma, dejó todo ahí, en la presencia de Dios.

Y Dios le concedió su hijo Samuel.

Ella perseveró y oró con propósito.

Busca en tu biblia estos pasajes y deja a Dios te hable.

Dios te bendiga 🙏