MIRA QUE TE HE PUESTO
Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
MIRA QUE TE HE PUESTO
Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
HASTA QUE PASEN LOS QUEBRANTOS
Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; Porque en ti ha confiado mi alma, Y en la sombra de tus alas me ampararé Hasta que pasen los quebrantos. Clamaré al Dios Altísimo, Al Dios que me favorece.
CUANDO LLEGA LA NOCHE
NO HAY TEMOR
Cuando nuestra confianza es Cristo no hay temor que suba a nuestro corazón. Más de una vez ese ejército son nuestros pensamientos que se agitan bruscamente por noticias, rumores, situaciones y demás, y corremos afanándonos porque todos corren, pero nuestra carrera es otra , carrera de fe ( Hebreos 12).
QUEREMOS UN REY
Reflexionemos:
El corazón de Samuel se dolió y buscó consuelo en Dios. El pueblo quería un rey que lo defendiera de sus enemigos. Buscaban bendición en lo que se ve, en lo que perece, no viendo al Invisible como pudo distinguir Moisés, como entendió David que el Todopoderoso era su escudo y fortaleza, su alto refugio y quién derrite como cera y disipa como humo los enemigos.
Dios responde a Samuel y son palabras que confrontan y entran como está escrito hasta lo más profundo y discierne los pensamientos e intenciones del corazón.
"Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos." 1 Samuel 8.6
Samuel les advierte como Dios le dice lo que vivirán con ese rey humano que piden y desean pero los hijos de Dios, el pueblo, creían que ese rey pelearía sus guerras y los defendería.
Desechaban a Dios porque buscaban en lo externo, afuera, en el heno y la hojarasca esperando de otros seguridad, paz, bienestar, sanidad y todo lo que está dentro del reino de Dios. No pueden gestarse fuera de nosotros sus riquezas en gloria porque es dentro nuestro donde habita Cristo, somos templos del Espíritu Santo, por lo que era muy arriesgado darle el gobierno del templo a un rey humano. Fue ungido Saúl.
Una de las miradas de esta historia podría ser de un pueblo que puso su confianza en el hombre y esperaban de él no perseverando en poner la confianza en Dios, prefiriendo ser sometidos pero no salir de la comodidad y responsabilidad de hacerse cargo de lo que hablaban demostrando con hechos coherentes ese amor y entrega a Dios.
Josué lo dijo: "Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová." Josué 24.15
COMO BRAMA EL CIERVO
En una temporada los ciervos necesitan agua no sólo para saciar su sed sino también para no deshidratarse. Es cuando braman y su bramido es desesperado porque sudan tanto que necesitan agua para hidratarse y a causa de ese sudor se genera olor muy fuerte en su cuerpo y son más fácil de ser encontrados para ser cazados.
Cuánto más nosotros calmando nuestra sed, bebiendo las aguas del Padre, para no morir deshidratados , así como le dijo Jesús , a la mujer samaritana que no volvería a tener sed jamás.
Escondidos en él, en sus aguas, somos limpios y nuestro olor es olor fragante de Cristo donde nuestros enemigos no pueden alcanzarnos.
El salmista con un corazón apasionado igualaba su deseo por Dios como el bramido angustiado o la búsqueda de agua incansable de este animal que para seguir viviendo si o sí necesita encontrar aguas.
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
Salmos 42:1-2 RVR1960
EL ARCA E ISRAEL Y JUDÁ ESTAN EN TIENDAS Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saq...