DIOS HABLA
Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
S. Juan 6:66-69 RVR1960
La mente natural o carnal no puede entender lo del Espíritu, así como muchos discípulos cuando Jesús se les revela como el pan de vida que descendió del cielo no lograron discernirlo. Lo razonaban y analizaban de acuerdo a sus preconceptos de que es Dios o quien era o debería. Hasta murmuraron.
No abrieron su corazón a lo nuevo, a una fresca palabra de revelación, cerraron sus oídos a la profecía, en versículo 60 , dicen: Dura es esta palabra. ¿Quién la puede oír? demostrando que no podían comer alimento sólido, no creían que Dios les hablaba, pero se encerraron en lo aprendido humanamente, y está escrito: la letra sola mata.
Así pasa también a los hijos de Dios, que por sus mentes naturales no logran recibir el alimento sólido, la revelación profunda del Espíritu y al no entender, se quieren volver del camino, miran atrás, sueltan el arado, no se unen al cuerpo de Cristo y lo más lamentable es que cómo no tienen experiencias sobrenaturales juzgan, critican dividen y demás., cuando sólo se trata de oír, creer y obedecer.
Hoy Jesús vuelve a preguntar:¿Queréis acaso iros también vosotros?
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