RIQUEZAS EN GLORIA

                                                RIQUEZAS EN GLORIA

Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Filipenses 4.19

Cuando descubres sus riquezas en gloria, que no se pueden medir ni contar,  se abren manantiales de fe y esperanza en tu alma, se derrite como cera el temor y la ansiedad porque logras comprender que Dios es Soberano sobre todo y que sus fuentes de riquezas para los hijos son inagotables.

La paciencia te alcanza, te abraza, te  lleva al propósito con pasos firmes y confías en cada palabra que el Señor te habló.

Los panales  de  sabiduría y de inteligencia gotean abundantemente  desde Cristo a tu espíritu, a tu mente y es alumbrado tu entendimiento para accionar a lo que Dios te comisionó y aún no lo empezaste.

Florece la bondad, perfuma el amor y da frutos la benignidad en tu alma manifestándose en el dar al prójimo, darle Cristo.

Brotan las aguas de la templanza y mansedumbre desde su corazón a tu corazón y tus emociones  dejan de ser un estorbo al plan de Dios.

Se abren los odres  del vino nuevo y las vasijas de aceite se inclinan a tu favor derramándose ungiendo todo lo tuyo, todo lo que amas, todo lo que apartaste para Cristo.

El salmista decía: "Todo en tu templo proclama gloria"  porque el veía y se servía de  sus riquezas en gloria disfrutando su plenitud y podía percibir como todo su ser se llenaba de esas  riquezas contenidas en el hijo , en Cristo, al hacerse uno con él.

Pablo diría años después que somos templo del Espíritu Santo y es ese templo que al nutrirse de las riquezas de Cristo grita ¡gloria!