NACIÓ DE NUEVO

Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.

S. Marcos 14:3

Una mujer que convirtió el vaso en  arma de guerra, su corazón era ese vaso de alabastro, que fue sensible a la presencia de Jesús y supo que hacer.

 ¿Porqué? Porqué quebró límites, paradigmas y creencias de cómo adorar a Dios a través de una acción reflejada en derramar perfume sobre Cristo, sobre el altar, sobre quién es digno de toda honra.

Venció el miedo al qué dirán, el rechazo a exponerse y empezó seguramente a solas en su cuarto, y Dios lo manifestó en público.

Al quebrar separó lo viejo de lo nuevo, separó perfume  que huele a muerte del que huele a vida.

Traspasó lo tradicional, el modelo lo copiado lo que se hace porque se vio hacer y nada más despedazado el frasco, el prototipo, la matriz natural donde se había formado para introducirse en la matriz del Espíritu naciendo de nuevo.

Este pasaje podemos ver como  una iglesia que adora sin estructuras sin molde, una iglesia que adora entregando toda mancha y toda arruga, al que es cabeza del cuerpo: Jesús.

Darlo todo reconociendo que Dios recibe lo que sale de Cristo, no de nuestra humanidad, de nuestra carnalidad. 

Esta mujer entregó perfume, Cristo, pero antes partió su formas, sus costumbres entregando todo, naciendo a lo nuevo, porque confió que Dios hace nuevas todas las cosas.

Creo que la vida de esta mujer no volvió a ser igual, ella venció la muerte con perfume de vida saliendo de una vida esclava de ritos para vivir y manifestar en libertad adoración al Dios vivo.

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Gloria Cena Abuter | Facebook