¿De dónde viene tu socorro?
Salmos 121:1-2 *Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra* . Situaciones abrumadoras y angustiantes nos perturban el alma por lo que buscamos ayuda hasta donde llega nuestra mirada natural y nuestro razonamiento. Es cuando miramos con expectativas a los montes. ¿Qué montes?
Alzamos nuestros ojos a los montes, a lugares altos, a personas, a organismos, a entidades esperando encontrar el alivio a nuestras dificultades. Especulamos y seleccionamos quien nos podrá ayudar o
" bendecir " y caemos en el relacionamiento cimentado en ilusiones de: " me puede dar una mano" " me va a bendecir" " me va a ofrendar".... Y ¿Eso mismo piensa Dios?
¿Qué otro te bendiga?
¿Será que Dios mintió cuándo dijo que mí socorro y tu socorro viene de él?
Esperamos respuestas desde esos lugares y de personas.
Cuando levantamos la mirada podemos ver que el auxilio, el socorro viene solo de un lugar, de un monte alto, el más alto, el monte de Dios. Donde su autoridad es mayor que todo.
No se duerme, ni se adormece. Es Dios quién nos cubre, quién quita el cansancio del día de la noche. Es quién guarda nuestra alma, nuestra mente. Es nuestro guardador. La respuesta se llama Dios y por qué Dios? Por que en él está todo lo que "necesitamos". La paz interna , la confianza, la fe, el gozo, las fuerzas nuevas de cada día, y demás lo encontramos en él. La respuesta es el alivio a nuestra alma. Es la libertad en nuestra mente. Son esas ganas de seguir a pesar de todo.
Me quedé meditando en esto: el salmista dice: "alzaré mis ojos a los montes" y luego hay un tiempo, una pausa , se toma un momento para pensar lo que dijo. (hay un punto y coma que lo indica).
Es como que su primera expresión es: "Buscaré quien me ayude y bendiga" " Quién me podrá bendecir"
pero al meditar lo que dijo él mismo (por eso el punto y coma) se pregunta: ¿De dónde vendrá mí socorro?, habla consigo mismo y se conecta a la verdad de Dios y ahí empieza a declarar poder de Dios sobre su vida y recordar las promesas.
" Mí socorro viene de Jehová"
Por apresuramientos del alma hablamos, decimos y declaramos sin pensar , pero cuando pensamos lo que dijimos podemos, como el salmista, salir y despojarnos de la duda de no saber de dónde vendrá socorro a nuestra casa, a nuestra tierra y nación.
Dios es nuestro socorro.
Sea la luz de lo que sale de nuestras bocas cuando atravesamos dificultades y nos libre Dios de hacerlo mentiroso, negando con actitudes y acciones su provisión eterna.
Eterno socorro y proveedor es nuestro Dios.
Dios te bendiga 

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